Tramos 2 y 3 de la Interoceánica Sur: 20 años conectando oportunidades y desarrollo
A dos décadas del inicio de su concesión, la carretera Interoceánica Sur se consolida como el eje de desarrollo económico y social más importante del sur del país. Solo en 2022, permitió exportaciones por US$ 24 mil millones y redujo los tiempos de viaje hasta en 45%.
A dos décadas del inicio de la concesión de los tramos 2 y 3 de la Carretera Interoceánica Sur, esta vía se ha consolidado como un eje estratégico para el desarrollo económico y social del sur del país. Con 656 kilómetros que conectan las regiones de Cusco y Madre de Dios, desde Urcos hasta Iñapari, la infraestructura gestionada por la Concesionaria IIRSA Sur ha transformado positivamente la vida de miles de peruanos.
En 2022, estos tramos contribuyeron directamente al crecimiento del comercio exterior, facilitando el tránsito de productos hacia Brasil y los mercados de Asia-Pacífico. Según el estudio de la consultora Maximixe, la Macro Región Sur cuadruplicó sus exportaciones en los últimos 20 años, alcanzando los US$ 24,000 millones, en parte gracias a la conectividad vial proporcionada por esta carretera.
Además del impacto económico, los tramos 2 y 3 han dinamizado la actividad turística, el comercio interno y la inversión privada en su zona de influencia. Regiones como Puno, Cusco y Madre de Dios han visto fortalecidas sus economías locales, con un notable incremento del tránsito vehicular: solo en 2022 circularon cerca de un millón de vehículos, evidencia del rol clave de esta vía para la movilidad regional.
En el ámbito social, la carretera ha sido catalizadora de desarrollo: ha mejorado el acceso a servicios básicos en comunidades rurales, facilitado el desplazamiento hacia centros de salud y educación, y reducido los tiempos de viaje en hasta un 45% en tramos como Urcos-Inambari, generando así una mejor calidad de vida.
La inversión acumulada de la Concesionaria IIRSA Sur supera los S/ 6,900 millones hasta 2022, destinados a la construcción, rehabilitación, mantenimiento y operación de la vía. Este compromiso sostenido ha convertido a los tramos 2 y 3 en una plataforma tangible de progreso para el sur del Perú.
A 20 años de su inicio, la historia de estos tramos no solo habla de asfalto y concreto, sino de integración, desarrollo sostenible y oportunidades para miles de familias que hoy avanzan, conectadas por un mismo camino.