Puente Billinghurst: símbolo de integración y obra de ingeniería sin precedentes en Madre de Dios

Con más de 700 metros de largo, el puente Billinghurst no solo une orillas, sino también países. Su construcción marcó un hito en la historia de la región y consolidó a Madre de Dios como un eje estratégico del tránsito interoceánico en Sudamérica.

Considerado el segundo puente más largo del Perú, solo superado por el Puente Nanay en Iquitos, el puente Billinghurst —también conocido como el puente Continental— se ha convertido en un ícono de Madre de Dios. Más allá de su imponencia estructural, representa un punto de conexión vital entre Perú, Brasil y Bolivia, facilitando un
corredor terrestre entre el Atlántico y el Pacífico, como alternativa a rutas marítimas tradicionales como el Canal de Panamá o el Cabo de Hornos.

Su construcción, iniciada en marzo de 2010, fue una de las más desafiantes del país y requirió una inversión de 25 millones de dólares. Desde sus primeras excavaciones hasta el montaje final, el proyecto supuso un esfuerzo técnico de gran envergadura. La base de las torres y pilares fue cuidadosamente excavada y preparada, dando paso a la
fabricación de componentes metálicos como vigas, torres y cables tensores, los cuales fueron trasladados hasta la zona de obra.

Uno de los momentos más complejos del proceso fue la instalación de las vigas, cuyas piezas de 16 metros y 40 toneladas debían ser armadas en barcazas y luego elevadas con una plataforma especial para colocarlas en su posición definitiva. Posteriormente, los cables tensores se encargaron de sostener la estructura colgante y distribuir el peso de manera uniforme, garantizando estabilidad.

El proyecto culminó con el reforzamiento de la estructura, una serie de pruebas de seguridad, pintura y acabados finales que aseguran no solo su resistencia, sino también su estética. El puente fue finalmente inaugurado en julio de 2011. Con sus 722.95 metros de largo, 11 metros de ancho y una altura de 50 metros en sus pilones principales, es una infraestructura clave para el desarrollo regional, una vía de integración y un motivo de orgullo para los habitantes de Madre de Dios.

Hoy, más de una década después de su inauguración, el puente Billinghurst sigue siendo una obra fundamental para Madre de Dios y para la integración sudamericana. Pero su grandeza no depende solo de lo que significó en su momento, sino de su capacidad para seguir operando con seguridad y eficiencia. Para ello, es esencial que
IIRSA Sur continúe ejecutando labores de mantenimiento preventivo y correctivo de manera constante. Solo así se garantizará que esta imponente infraestructura no pierda vigencia y continúe siendo un pilar del desarrollo regional y de la conectividad internacional en los años venideros.