20 años de los tramos 2 y 3 de la Interoceánica Sur: la vía que transformó la Macrorregión sur
En dos décadas, la Carretera Interoceánica Sur se consolidó como motor de desarrollo económico y social, impulsando el comercio, las exportaciones y mejorando la calidad de vida de miles de peruanos.
Este año se conmemoran 20 años de la concesión de los tramos 2 y 3 de la Carretera Interoceánica Sur, infraestructura gestionada por la Concesionaria IIRSA Sur, que une la costa con la selva y conecta al Perú con Brasil y Bolivia. Su construcción y puesta en operación marcaron un antes y un después en la integración vial del país y en el desarrollo de la Macrorregión Sur.
Como parte de la celebración, se realizaron cócteles conmemorativos en Cusco, el 11 de septiembre, y en Madre de Dios, el 16 de septiembre, que reunieron a autoridades, representantes del sector público y privado, para destacar los logros alcanzados en estas dos décadas de integración y desarrollo.
Según un estudio de Maximixe, la Carretera Interoceánica Sur ha tenido un impacto enorme en la economía. Cada año ha sumado en promedio S/ 2,900 millones al PBI nacional y generado 136 mil empleos, la mayoría en la Macrorregión Sur. En 2022 llegó a un récord de S/ 4,321 millones y las exportaciones de la zona alcanzaron US$ 23,954 millones, casi cuatro veces más que en 2006. Ejemplos claros son Apurímac, que multiplicó por 19 sus exportaciones, y Puno, que lo hizo 15 veces, gracias al impulso de la minería, la agroindustria y la manufactura.
Pero la carretera no solo movió la economía, también cambió la vida de la gente. Viajes que antes tomaban 11 horas, como Urcos–Inambari, ahora se hacen en 6, y el tramo Inambari–Iñapari redujo los tiempos en 42%. Solo en 2022 circularon más de 1,2 millones de vehículos, convirtiéndola en una vía clave para el sur. Además, ayudó a que crecieran las ciudades, mejorara el acceso a servicios básicos y se expandiera la agricultura, con 478 mil hectáreas cosechadas en productos como papa, uva, alfalfa y espárrago.
Durante los eventos conmemorativos, distintas autoridades compartieron sus reflexiones sobre el impacto de la carretera. Henry Álvarez, gerente de Maximixe, resaltó que “la Carretera Interoceánica Sur no solo transformó la forma de movilizarse, también fortaleció la competitividad regional, los mercados y la vida de millones de personas”.
Por otro lado, Carina Blanco, gerente general de IIRSA Sur, señaló: “Esta carretera ha abierto nuevas oportunidades para las familias del sur y reafirma nuestro compromiso de seguir trabajando por una infraestructura sostenible, que acompañe el crecimiento económico y social de la Macrorregión”.
A su turno, Claudia Parra, representante de Mincetur – Cusco, destacó la reducción de los tiempos de transporte; mientras que Paola Revilla, directora de Comercio Exterior y Turismo de Madre de Dios, subrayó la importancia de la vía para integrar a la región con el resto del país y dinamizar el comercio interregional.
A dos décadas de su concesión, la Interoceánica Sur es mucho más que una carretera. Es un símbolo de integración, de modernización y de esperanza. Su legado está en cada camión cargado de productos que parte rumbo a un puerto, en cada estudiante que llega más rápido a su escuela, y en cada familia que ha visto mejorar su calidad de vida gracias a una vía que abrió camino al desarrollo.